22.7.13

un editorial del año 1999


foto: pol neiman



MENSAJES 

En el momento de redactar estas líneas un periódico publica una noticia, nada demasiado importante: en una biblioteca barrial encontraron una botella con un mensaje escrito en 1939 y dejado por la gente de entonces para los habitantes de fin de milenio. Estas personas cuentan la realidad de su época a través de unas pocas noticias recortadas de un diario de entonces: alguien inventó una máquina para hacer llover y comienzan a estallar en el mundo los horrores del nazismo. Cabe preguntarse ¿qué mensaje podríamos dejarle a los habitantes de mañana, si realmente hubiera un futuro? ¿Qué podríamos escribirles si en la perspectiva de la historia siempre somos ingenuos y el tiempo termina por afantasmarlo todo? ¿Qué podríamos decir si —en todos los casos— la realidad ha superado cualquier fantasía jamás concebida? Por aquí nada demasiado importante: termina el milenio y temen suicidios colectivos de sectas apocalípticas en Israel. Termina el milenio y el mundo estallará, o todo seguirá igual, no importa demasiado. Termina el milenio y un avión que no logra despegar cruza de pronto la avenida para arremeter contra tu canchita de fútbol justo cuando un escuadrón «especializado» fusila a los rehenes de tu cordura y los anfitriones del poder se reparten el champagne de una fiesta que nos excluye. Hablemos de cosas más importantes: unas calles más allá, en Constitución, hay una putita de cuerpo dolido y hermoso cogiendo bajo la llovizna de la tarde y un viejo perdió un zapato y un chico en algún lugar del mundo intenta meter todo el mar en un balde, en un arenero. Vamos a lo importante: el viento en las tardes de tibieza estremece los cuerpos de quienes conservan la voluntad de amar y un chico asalta una farmacia con una jeringa y desde estas páginas no podemos menos que sentirnos náufragos urbanos redescubriendo nuestro territorio (este espacio de todas las magias y pérdidas). ¿Qué significa el futuro cuando todas las cartas están sobre la mesa? Podemos hablar de un tipo que toca la flauta en la avenida Corrientes o de ucranianas con termos de café o de otra nenita llena de fantasías que vino al mundo para redimirnos desde una bailanta o una taberna. En el momento de redactar este texto, tengo anotada una frase de Paul Virilio: «la salvación nos llegara por la escritura y por el lenguaje. Si reestructuramos la lengua podremos resistir». Nada importante, sólo poner mensajes en botellas, escribir servilletas, atravesar el espacio con nuestras voces. Hablemos de cosas más importantes: unas calles más abajo hay una chica de cuerpo hermoso y dolido en un hotel, y un mendigo usa su muleta como una guitarra y un pibito intenta en un arenero meter todo el océano en un balde y un viejo pierde un zapato y el siglo agoniza y esta revista cumple dos años de vida. Para poder seguir respirando. Y esconder papelitos en una botella o cosas así.


© Javier  Galarza

Buenos Aires, 1999, editorial del número diez de la revista Vestite y Andate.





6.6.13

de despedidas y retornos


foto: pol neiman

...y Monelle dijo luego: —Te hablaré de la destrucción.
He aquí la palabra: Destruye, destruye.
Destruye pues toda creación proviene de la destrucción...

Marcel Shwob, Libro de Monelle


Dicen los sabios de Oriente que puesto que todo en la vida es transitorio debemos estar preparados para las despedidas.

Cosas como pedirle al ser amado que se quede hasta que tenga ganas, no más, quizás hasta que los primeros rayos del sol disuelvan los gemidos y las palabras de amor, sólo hasta que se quiera ir.

¿Sabremos decir adiós en el mejor momento sin que los rituales de la cotidianeidad vulgaricen esta magia? Porque hoy paramos, hacemos las valijas, salimos por un rato, nos vestimos y nos vamos. Llegamos hasta donde quisimos y volveremos cuando tengamos ganas. Ninguna situación externa nos impidió hacer lo que soñamos. No hay fórmulas. La seguridad nunca fue nuestro refugio.

(Hoy dormimos a esta hija de nuestros desvelos, descansamos momentáneamente lapiceras y máquinas. Amada, como Monelle, era una siestita bajo la llovizna. Ese era el trato, que te quedaras hasta que quisieras, para dejar que el alba nos encuentre solos y perdidos. Porque debemos estar perdidos. En verdad ¿cuándo supe del amor? ¿Cuándo vi que estabas y pensé que podrías no estar?).

Tal vez el cambio sea la única dimensión valedera.
¿Qué son las obras mas que puentes sobre el vacío, eslabones de una cadena al infinito donde nada nos pertenece sino el eterno fluir?

Lector, querido lector ¿sabrás buscar nuevas señales de nosotros, estarás allí cuando reinventemos nuestro juego? Las migraciones y las olas nos podrían retornar. El sol que derrota a la noche omnipotente. Cada carta de esta apuesta. Barajar y dar de nuevo.

Fue hermoso saber que estabas allí. Es el momento de partir. Partir hacia otros cuerpos, otras caricias, otras calles donde resuene el eco de nuestros pasos. Hacia donde la vida nos susurre otra aventura.
Celebremos esta dulce incertidumbre de buscar. 

Huyamos. Perdámonos hasta encontrarnos.


© JAVIER GALARZA

10.3.13

reversiona(2)dos


MUELLE 

Invadido el corazón 
de la noche, 
soy Uno 
con las barcas. 
Canto 
por las sacrificadas 
del eclipse. 
El faro del mundo, 
en la bruma,
desvanece 
su sentido. 
málevich
A veces la luna 
maravilla este paisaje. 
Ha malherido la sombra 
del viajero. 
Estoy parado 
en la rompiente. 
Aquí alumbran 
y relumbran 
tempestades. 
Asolan la luz 
de los barcos 
en silencio. 


NÉCTAR

En los viñedos solos, 
bajo la luna de los magos,
aprendimos el silencio.
Como néctar tu boca, 
devastó la soledad 
de mis comarcas.
A la tierra las heladas,
el invierno inhóspito,
hibernar 
donde los milagros 
llegan tarde.
Sombra de lo no acontecido.
Caminos de posadas, 
sin señales de retorno

25.2.13

pero la piel

foto: pol neiman
A la verdad, de existir tal cosa, se llega por un trabajo de creación, de producción de sentido
No existe algo tal como la realidad.

No hay una verdad previa. Allí donde nos interrogamos, creamos la respuesta.

Leo: el sueño es un trabajo. El síntoma es un trabajo.
Sueño y síntoma como poéticas a interpretar.

Seamos realistas decimos, dispuestos a la renuncia.

Pero la piel no nos deja huir.

3.2.13

caligrafías

foto: pol neiman
te convoco con palabras 
de mago. hasta romper mi boca
contra el silencio del alba.

para amar tu disolución 
en la sombra, la llovizna 
de tus dichos,

tu militancia en lo prohibido,

voy a quererte como pueda,
a decirte donde alcance.

voy a amar las celosías
del invierno, todo lo que humedezca
los dibujos con tu forma,

para que no se borre tu nombre
en la ventana, tu caligrafía
de vacilaciones,

las pintadas rebeldes
de nuestra resistencia
en la pared.

10.1.13

plegaria

foto: pol neiman
Señor, susurra la oración de los barrenderos.
Por la lluvia, Nuestra Señora del Refugio.
Gloria a la noche que posa sus labios sobre
nuestro extravío. Piedad por el temblor 
de los cuerpos en otoño. Susurra palabras 
de ebriedad en nuestras cenas pobres. 
Allí, donde nada se obstina en perdurar. 
Y el mundo y todo bajo esta luna está solo. 
Y está bien.

26.11.12

estampas


foto: pol neiman


Con texturas y textualidades, con ternuras y violencias,
la escritura trama y entrama como las subas y bajas de la marea.

Cifra / (des) cifra los signos de la infancia.

Con matices, manejos de luz y de sombra, alternancia de vértigos y reposo,
desvanece los presupuestos, cada «debería ser».

Pensar textos a manera de estampas, imágenes paganas de santos a venerar, figuras de religiosidad o quizás ventura.

Textos estampados como sellos, marcados a fuego o tatuados,

Como los movimientos de las olas, pleamares y bajamares,
la letra crea puntos de coordenada y salvataje.

Estampas como pequeños retratos de lugares inasibles,
resistiendo en la llovizna.

Manifestando los silencios convocados.


ver más aquí 

26.10.12

dejar a una mujer / dejar a un hombre




 foto: pol neiman

Más allá del género en tanto función reguladora del sujeto, nos permitimos este juego o efecto de discurso como restos de cartas o memorias. O tan sólo naufragios, postales de la desposesión en medio de los nuevos discursos que auguran el retorno del amor.


Dejar a una mujer

Dejar a una mujer es dejar los espacios donde se permitió ser niña. Es apartar los labios de la dormida a revivir. Es destejer los bor(dados) de sus fantasías. Es saberla perdida desde siempre. Apagar los ojos o la mirada de quién la supo. Como quien la devuelve a su (en)sueño, a toda su nada enamorada.. Es (re)crear el espacio de sus siestas hacia donde tal vez llueva.


Dejar a un hombre

Dejar a un hombre es retornarlo al territorio de su infancia. Es hacer sitio al (des)cobijo de un no lugar. (Des)dibujar los contornos de su nada. Es retornarlo a las lecturas de las cartas que justifican un ayer. (Re)conducir el lugar de sus silencios. Devolverlo a la épica vacua del encuentro con los amigos. Apagar los ojos o la mirada de quién lo supo. Apartar una mujer como marca de su excepción.





Dejar es re encontrar.

Re aprender

Es volver en otro o no saber o andar perdido

(Des) dejar






27.9.12

constructo



foto: pol neiman


vivir ardiendo sin sentir el mal
Gaspara Stampa

mejor arder que desvanecerse

padre ¿no ves que ardo?

¡y como las chispas, en el vuelo arder!
Marina Tsvetáieva

A Cartago llegué entonces/ Ardiendo ardiendo ardiendo ardiendo/ Oh Señor Tú me arrancas/ Oh Señor Tú me arrancas/ ardiendo 
T.S. Eliot.

¿Por qué lo que es viable es un Bien? ¿Por qué durar es mejor que arder? 
Roland Barthes


Cómo se mide la intensidad… ¿contando desde una fecha a otra en un almanaque?. Un desencuentro logrado, eso: es mejor arder, arder cada día, mejor que el almanaque, aprender a perderse luego de cada encuentro, de cada des. Tener desencuentros logrados. ¿Para qué más? Arder, estar en llamas, en todos los cuerpos, como la mística que desea ser convertida toda en lenguas para alabar al Señor. Arder. No anclar, no permanecer en ningún lado. Lo bello, lo bueno, lo intenso, no dura, por qué tendría que durar. Mejor, en llamas. Arder, mejor.


(des)localizar

«soy yo mismo» no significa nada

mejor ser cualquier otro
mejor transcurrir en ajenidades
                                 extrañezas
                                 lejanías
                                 despatriaciones
  
la fidelidad a uno mismo
es una traición a todos esos
otros que tampoco somos

    un congelamiento (algo que
no deviene, no es)

                                       mejor la traición
                                       mejor
evitar los lugares seguros
mejor descentrarse
mejor periferias
          desmarcaciones
          deslimitaciones

mejor
           las errancias

mejor estar perdido

sin puertos
sin amarras
sin anclas

partir y partir siempre
y no cesar de no partir
          y si
             partir
de los lugares con certezas





28.8.12

miradas sobre refracción (añosluz, 2012)



video y fotos: marisa negri


220

tengo un lenguaje
donde romperme
donde decir no
no era esto
lo que buscaba
ando pasado
enchufado
a 220 volts
trato de bajar
con pastillas
pero sigo
ardiendo
no sé
si me
curaste
cuando
estuve
roto
no
no me
curaste



refracción por silvia camerotto

           Una persona es todas las construcciones de sí. Es todas las destrucciones de sí. Una persona es la ropa que elige cada día, el perfume que usa, la piel que estando sana se enferma, los discos, las letras de las canciones que tararea, las biromes y los marcadores en el piso, los papeles, sus libros. Una persona es, ante todo, un cuerpo que dice y lo que ese cuerpo tiene para decir.
           Leí Refracción cuando todavía era un borrador, en un cuarto que ahora es otro,  grande y luminoso, con el cuadro de una  nena fatuamente desnuda y una mesa. Un cuarto donde los objetos se multiplicaron, los libros se multiplicaron, las historias se multiplicaron.
Eso es Refracción: una poética múltiple que incendia una casa, asume sin resguardo, se desprende para vivir la incertidumbre del mundo, encarando una dialéctica cuyo esqueleto son todas las mujeres en su vida y una, la que surge del rompimiento, la que sostiene el hilo. El asma y sus excoriaciones.  El desbaste.
Refracción se construye por invocación e insistencia y nos invita a recorrer los ejes más profundos de la vida de un hombre, de éste o de cualquier otro.

Silvia Camerotto, Buenos Aires, julio de  2012




todo se apaga según medida*

el principio rector
colapsa
en los labios
de tu adiós
vectores
sin medida
de tu marcha
partís
te vas
nunca
dos
veces
igual

*heráclito



 refracción por natalia litvinova

            Si los poemas de su libro anterior, El silencio continente, publicado en 2008, retratan cuerpos estremecidos por el amor y contenidos por el silencio, en Refracción  los poemas se manifiestan como un rechazo de la separación entre la vida y el lenguaje. Porque se trata de saber qué puede un cuerpo en el lenguaje, indica el poeta y lingüista Henri Meschonnic, cita que Javier Galarza eligió para abrir su libro. La elección de este epígrafe no es un simple detalle sino una pista, un signo que acampanará al lector en la recepción de cada poema.

           El discurso que nos propone el autor está despojado de comas, de puntos, de mayúsculas. Es directo y salvaje: lenguaje que alejándose de lo recargado, se nos acerca ardiendo y nos arroja versos de carácter rebelde, breves, inteligentes, rítmicos y veloces como el silbido de un látigo. Para construir estos poemas el autor realizó una operación compleja que a nosotros se nos revela como sencilla: tomó prestados refranes populares, versos celebres, pasajes de la biblia, y los quebró, los refractó  modificando así su primer sentido: cómo se parte/ si lo que dejamos/ no nos abandona/ a su vez // no le pidas al olmo/ lo que el peral/ tampoco tiene/ para dar.
          
           Si se trata de averiguar qué puede un cuerpo en el lenguaje, tengo la sensación de que el mío. después de la lectura de este poemario, retorna contagiado de un peligro vital y necesario, con la lengua partida como cualquier objeto después del efecto de la refracción.

Natalia Litvinova, Buenos Aires, julio de  2012






pasión

cuerpos
en reversa
contra
el espejo
la calle
tiembla
la
eternidad
dura
hasta
que me
pongo
el saco



refracción por marisa negri

            Hay en Refracción un uso deliberado de la violencia. Llevar al lenguaje hasta sus extremos, a los contrasentidos que encierran las partes del todo. Sin resguardo, ni siquiera el de llegar a fin de página porque es irremediable lo que cae y se quiebra, lo que maldice y conjura. Y todo pasa veloz ardiendo sin construirse. Plegaria de quien se duele del mundo y se inmola en la pira del sacrificio: ley de toda/ luz/ principio/ de/ prodigio /también /en /la /sombra. La luz oblicua deja ahora el papel y alumbra al que escribe en la tormenta.
            Javier Galarza pertenece al linaje de los que quieren cambiarlo todo. Lo he visto dialogar con chicos de Villa Celina sobre un tal Rilke, traer de largo viaje la voz de Paul Celan en su celular, sacudir la modorra matutina del Normal 6 con la locura de Artaud. Lo he visto encender el fuego de Nerval en la noche más oscura, seguir los pasos de Maldoror, dialogar con Huidobro de pie frente al mar.
           Por lo que vimos dice su dedicatoria en mi ejemplar de Refracción. Y yo, testigo de esta luz, agrego: Por lo que no vemos en esta tormenta en la que estamos perdidos. No, no los estamos si hay Otro que refracta nuestra luz.

Marisa Negri, Buenos Aires, julio de  2012




ciclo

el cielo
de tu
ciclo
contenía
la leyenda:
golpe de azar
de la vida
irreductible



en mordiscos, de valeria cervero

en de sibilas y pitias

ensayo fotográfico

compra y descarga desde la página de la editorial



poemagrafía por pablo gimenez zapiola




13.8.12

odres

Algo falló a la salida de Cafarnáum. Preguntaste si aún llevaba los dones conmigo. «No lo sé. Tengo los odres, el barro y las tinajas». Dijiste que sólo el vacío de los cuencos era real. Me pediste un abrazo. No porque todo se desmoronara. Sino a pesar de eso.



5.8.12

la diáspora


foto:pol neiman 

No sé si fue una decisión. Las hermanas hablaban no de la paz sino de la espada del mundo. Y los círculos que los amigos dibujaban en la tierra perdían los caminos a casa. Me incorporé y te supe a salvo. Estabas tan linda que hasta los pájaros se avergonzaron. Quise lavar tus pies pero no hubo tiempo. Comprendí que a mí me tocaba caminar del lado peligroso de la vida.

17.6.12

construcción de un cuerpo poético


foto: pol neiman

Escritura poética como creación de un nuevo cuerpo, un nuevo emplazamiento, un lugar otro desde donde pensar/se que— como el contacto entre las pieles— requiere urgencia pero también algo de vértigo y pudor. Piedad por el secreto y respeto ante el misterio de lo que calla y nos dice. Duerme su tarde invernal y a cada momento puede resurgir.

*
¿Respondo una pregunta que no ha sido formulada y con la respuesta creo la pregunta misma?


¿Como si nombrar fuera perder? ¿ Hallar?  ¿Buscar el sentido originario y mágico de las palabras?

*
Los espacios en blanco del poema como evocación de una nada o una muerte. La aproximación hacia lo que no podrá decirse sucede a través de los márgenes y los recuadros. 


Entrar lateralmente a un no lugar para crearlo.

*
Luces que nos conmueven de estrellas muertas muy lejos. Entre estas paradojas nos movemos.


Contornear el vacío sin despeñarse en él. 


Perimetrar.

31.5.12

escaleras


foto: pol neiman

Cansado, subió los peldaños hasta su habitación. Halló su cuerpo mientras se contemplába en el espejo del baño. Se halló. Pudo habitarse.
A lo lejos un tren y una canción de amor. Nada especial. Apenas un momento. Comenzó a llorar. Supo llorar mucho desde el lugar de su incerteza.
Pudo habitar su dolor. Pudo habitarse.
Descubrió la música de su silencio. El sutil contorno de sus miedos. El color secreto del amor que lo esperaba. Se permitió — por esta vez— descansar en la promesa de los días por venir. (Lo enterneció el ayer a la sombra del eco del futuro).
Tocó ese punto — ese preciso punto— donde le dolieron las miradas ¡Que el mundo lo aguardara tanto! Los silencios que las voces incubaban, los reflejos,
ese dolor que lo delataba vivo, el vértigo de todos los mañanas.
La caída de las palabras. La ajenidad del mundo y su identificación con él.
Las distancias. ¡Que el mundo lo esperara tanto! Descubrió la forma de su miedo. Los vocablos de su ensoñación.
Como si hubiera entendido que el Todo le hablaría en el silencio o que el camino era ese destino que tanto había buscado.
«Estoy aquí»—pensó—«Llegué como pude. Pero llegué».
Y no necesitó ni siquiera estas palabras.

10.4.12

cuatro versiones de narciso


foto: pol neiman

1.

La versión clásica: fascinado por su propia imagen reflejada en una fuente, Narciso se arroja a las aguas y se ahoga. La flor que lleva su mismo nombre crece allí, donde cayó su cuerpo, enamorado de sí.

2.

Narciso no se reconoce en su propia imagen. Por lo tanto no es él mismo quien lo fascina, sino su desconocimiento. Ese otro que no existe ni más ni menos que esa imagen en el agua. Va hacia ese otro que tampoco es él.

3.

Escribe Gerard Pommier sobre la regresión tópica al espejo: Mientras que el neurótico celebra encontrase en su imagen, verse tal como se olvida a cada instante, el psicótico se espanta de percibirse tal como no consigue olvidarse, tal como aprehende siempre ser apresado, ahogado en la omnipresencia de una mirada en la que su cuerpo corre peligro de zozobrar.

4.

No amor, ni a uno, ni al otro, ni a la imagen.
Apenas la supervivencia desesperada del animal.



2.3.12

de la poesía como diálogo





foto: pol neiman


«Toda verdad es diálogo» (Robert Frost).
«Somos palabra en diálogo» (Friedrich Hölderlin) .
«Todo poema es diálogo, a menudo un diálogo desesperado» (Paul Celan)

relaciones entre poesía e intemperie


Como usuarios del lenguaje, no podemos evitar ser parte de una trama simbólica que nos trasciende, en la que somos hablados.
Valga como ejemplo este diálogo imaginario entre pensadores, psicoanalistas, filósofos, músicos y poetas:

«El lenguaje es la casa del ser» (Martin Heidegger) «El inconsciente está estructurado como un lenguaje» (Jacques Lacan) «No bien comprendemos que hemos perdido todo comienza la poesía» (John Cage) «La poesía es la intemperie sin fin» (Juan L Ortiz) «Solo nos resguarda nuestra desprotección» (Rainer Maria Rilke) «Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen yo hablo» (Alejandra Pizarnik)

¿El lenguaje es morada del ser (Heidegger) donde el inconsciente se despliega y manifiesta a través de la trama simbólica (Lacan), la poesía resguarda ser y lenguaje (Heidegger), dialoga entre sí (FrostHolderlinCelan), el ser se evidencia en la intemperie, la tormenta, el riesgo (Rilke, JuaneleJohn CagePizarnik)?


al respecto:



EL PRINCIPIO (Jorge Luis Borges)

Dos griegos están conversando: Sócrates acaso y Parménides.
Conviene que no sepamos nunca sus nombres; la historia, así será más misteriosa y más tranquila.
El tema del diálogo es abstracto. Aluden a veces a mitos de los que ambos descreen.
Las razones que alegan pueden abundar en falacias y no dan con un fin.
No polemizan y no quieren persuadir ni ser persuadidos, no piensan en ganar o en perder,
Están de acuerdo en una sola cosa: saben que la discusión es el no imposible camino para llegar a una verdad.
Libres del mito y de la metáfora, piensan o tratan de pensar.
No sabremos nunca sus nombres.
Esta conversación de dos desconocidos en un lugar de Grecia es el hecho capital de la Historia.
Han olvidado la plegaria y la magia.

24.9.11

inventario de noches

foto: pol neiman

Hegel y esa noche que vemos cuando miramos a un hombre a los ojos.

Novalis y la gran noche romántica: Pero me vuelvo hacia el valle, a la sacra, indecible, misteriosa noche.

San Juan de la Cruz y la noche mística de la ascensión del alma:
oh noche que guiaste, noche amable más que el alborada, oh noche que juntaste amada con amado, amada en el amado transformada.

La noche de García Lorca donde la luna, luna, vela al niño gitano el aire la vela vela, el aire la está velando.

La noche del galés Dylan Thomas que escribe a su padre moribundo No entres dócil en esa buena noche , Enfurece ante la agonía de la luz.

La noche sagrada de Holderlin donde los poetas son como los sagrados sacerdotes del dios del vino que peregrinan de una tierra a otra en la noche sagrada,

A las puertas de Jerusalén / se levantó un sol negro de Mandelstam hacia Celan vía Nerval.

12.8.11

la alineación

foto:: pol neiman

     El viento de agosto agita las cortinas de este cuarto
a la intemperie.

     Abajo, el asfalto, ha reunido una jauría de perros.
    
     Aúllan junto al viejo Can de la cuadra,
desde la noche de la alineación de los planetas.

     La noche de la alineación, Jenny se despertó angustiada,
mirando una estrella, a través de su ventana: tuve un
presentimiento maluco—  dijo.

     Creo que Jenny dormía sobre el pecho de Juliana,
como antaño Safo durmió sobre el pecho de una amiga, para
avisar a los poetas que la belleza no es un bien abarcable.

     Juliana la tranquilizó, porque —dijo Jenny— ella trabaja
con piedras.

     Hoy merendamos una tarta que Jenny cocinó.
     El living estaba en penumbras bajo el viento de agosto
y los perros aullaban a través de la cuadra.

     Hablamos sobre los deja vu, porque, decíamos, cuando dos
universos paralelos se rozan, la temporalidad puede colapsar y
el futuro en despliegue nos sugiere cosas como

     esto ya lo viví.

19.7.11

por qué se escribe

foto: pol neiman

Hablar de Cura como Restitución de las cadenas asociativas.

Cuando en el mundo no interpretado de la infancia (Rilke), las palabras tomaban significados atroces, la narración de algún cuento infantil, producía un sentido en el mundo.

Proustiana presencia de la madre hilvanando pequeñas historias cuando la noche
y el insomnio tocaban el miedo en su estado abstracto.

Los restantes / faltantes de la trama simbólica piden estas notas, estos nuevos emplazamientos.

En tanto reescritura del propio libreto.

Pero para arrojarlo a lo imposible. A lo impensado.

El cuerpo se des inscribe de los poderes, escribiéndose.

Punto: de la poesía como ética y forma de habitar (Hölderlin / Heidegger).

La lógica de lo posible desvanece ante estas coordenadas.

Liberado de las ficciones neuróticas el vacío también es un lugar.

Ante la finitud asumida y la continuidad simbólica,

escribir como una preparación para el silencio